El arte de hacer de la basura un medio sostenible

El arte de hacer de la basura un medio sostenible

En México habitan 125 millones de personas que desechan cada día 107 mil toneladas de residuos sólidos urbanos. Es decir, cada habitante produce -en promedio- un kilogramo de basura al día.

Estos residuos, si no tienen un manejo adecuado se convierten en focos de contaminación, afectando los suelos y los cuerpos de agua; provocando adelgazamiento en la capa de ozono; generando gases de efecto invernadero o estimulando la proliferación de fauna nociva y la transmisión de enfermedades.

Además, una mala gestión de la basura tiene consecuencias fatales. La contaminación que genera significa el desgaste de los ecosistemas y de los depósitos de carbono (bosques y océanos) que son indispensables para absorber y capturar CO2, claves para contrarrestar el calentamiento global.

Bolsa repleta de residuos que ilustra las 107 mil toneladas de residuos sólidos urbanos que se producen en México cada día.

Credito de la imagen: Cortesía de Adriana Navarro

Lamentablemente, México carece de cultura y de educación que le permita hacer una gestión adecuada de sus desechos. Eire Reynaga Delgado, doctora de la Universidad de Guadalajara lo explica muy claro: las familias mexicanas no se han interesado lo suficiente o desconocen sobre la importancia de reciclar o reutilizar los desperdicios.

Los residuos sólidos urbanos, al ser reutilizados, pueden generar calor y electricidad. También generan recursos financieros, pues las latas, los metales y el vidrio son productos que demandan las recicladoras, explica Eire, Premio al Mérito Ambiental.

Pero no todo está perdido, hay personas - como Alberto Mejorada Eller- que han decidido educar, generar conciencia y cambiar la mentalidad de los mexicanos.

Alberto tiene 39 años, es egresado de la licenciatura de artes escénicas y vive en Guadalajara, Jalisco. Este es uno de los estados más poblados de México, donde habitan 8 millones de personas, que generan 8 mil toneladas diarias.

Este hombre preocupado ante tal cantidad de basura, organizó hace tres años el “Tianguis del Recicle”, una iniciativa que contempló la instalación de un mercado en plazas y jardines públicos para recibir plásticos, vidrio, electrónicos, textiles, pilas, cartón, unicel, pilas, aluminio y envases de tetrapack a fin de darles un mejor destino.  

Al fondo se ve Alberto Mejorada que cada semana recoge por lo menos 15 toneladas de distintos desechos: Tetrapak; cartón, plástico; vidrio; metales y electrónicos que luego lleva a las empresas de reciclaje.

Credito de la imagen: Cortesía de Víctor Flores

A cambio de los desechos, Alberto ofrecía a la gente, los “Recyvales” que funcionaban como monedas canjeables por libros, zapatos, cafeteras, ropa de segunda mano, o por productos orgánicos o de material reciclado y elaborados por empresas de la localidad, que se instalaban dentro del “Tianguis del Recycle”.

Cada día, al mercado asistían hasta cinco mil personas que no sólo reciclaban, también adquirían productos reusados y escuchaban conferencias y talleres sobre temas relacionados al medio ambiente.

La pandemia trajo cambio

A raíz de la pandemia, la dinámica del “Tianguis del Recycle” cambió, pues los espacios públicos permanecieron cerrados para evitar conglomeraciones. Entonces, Alberto organizó la “Ruta de Reciclaje”, para acudir -cada día- a siete colonias y recoger la basura separada y limpia. Las personas se enteran de su itinerario por las redes sociales.

Hoy en día, Alberto se levanta muy temprano, conduce su camioneta que arrastra un remolque, se estaciona en un barrio, y por una hora recibe los productos limpios y separados. Después se traslada a otro lugar y al llenar su remolque, va a un terreno donde lo descarga y continúa su ruta hasta que llega la noche. Lo mismo hace otro equipo que trabaja con Alberto.

Alberto Mejorada Eller recibe residuos separados y limpios en las calles de Guadalajara, una ciudad ubicada al Occidente de México en el estado de Jalisco para impulsar la cultura del reuso y reciclaje. 

Credito de la imagen: Cortesía de Víctor Flores

Los dos equipos de la “Ruta de Reciclaje” recogen a la semana hasta 15 toneladas de distintos desechos: Tetrapak; cartón, plástico; vidrio; metales y electrónicos que son llevados a las empresas de reciclaje.  El unicel o ciertos plásticos que no se reciclan, los llevan limpios al vertedero. Las pilas, las deja en los ayuntamientos para que ellos se hagan cargo.

Alberto, desde hace años ya venía impulsando una vida sustentable. Primero organizó “Al Teatro en Bici” que promovía la cultura y el no uso de vehículos motorizados. Después escribió un cuento que él mismo leía en las escuelas a fin de promover el reciclaje.

Hoy con la ruta y el mercado del reciclaje se siente muy orgulloso.

“Ver a un niño reciclando significa todo. Me da mucho gusto que cada vez hay más personas interesadas en un estilo de vida sustentable, que poco a poco se han dado cuenta de que necesitamos ser responsables de los productos que consumimos y desechamos”.

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